Es como un vicio, un adictivo. Me gusta porque va en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Me gusta porque acelera el pulso, sube la adrenalina. Porque es algo muy flexible pero fácil de romperse. Me gusta porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Porque te provoca fanatismo, te hace sentir libre pero nunca te libera. Porque la palabra clave es: improvisación. Y sabe ponerte a prueba. Porque es irremediable e incurable. Produce locura y eso, me gusta.
viernes, 5 de agosto de 2011
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Esta noche, les mostraré cómo preparar los sueños. La gente cree que es un proceso muy fácil, pero es un poco más complicado que eso. Como ven, la clave es la combinación delicada de ingredientes complejos: Primero, ponemos pensamientos al azar. Luego, añadimos una pizca de reminiscencias del día, mezcladas con algunos recuerdos del pasado. Amor, amistades, relaciones y todas esas palabras con canciones que oyeron durante el día, cosas que vieron y también algo personal. Y nos ponemos a revolver
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