Es como un vicio, un adictivo. Me gusta porque va en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Me gusta porque acelera el pulso, sube la adrenalina. Porque es algo muy flexible pero fácil de romperse. Me gusta porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Porque te provoca fanatismo, te hace sentir libre pero nunca te libera. Porque la palabra clave es: improvisación. Y sabe ponerte a prueba. Porque es irremediable e incurable. Produce locura y eso, me gusta.
lunes, 11 de julio de 2011
El miedo a lo desconocido.
Es cierto que te vas a encontrar cerradas muchas puertas, pero una puerta cerrada al fin y al cabo no es más que una puerta que espera para ser abierta. ¿Cómo? Pues aunque parezca una tonteria la mayoria de las puertas se abren solo, levantando la mano y accionando el pomo. El miedo a lo desconocido va a ser probablemente la piedra más grande que jamás encontremos en nuestro camino; pero yo tengo una teoría y es que una piedra, por muy grande que sea, no puede tener inteligencia, así que si no sois capaces de vencer una piedra, entonces sí que tenemos un problema.
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