Es como un vicio, un adictivo. Me gusta porque va en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Me gusta porque acelera el pulso, sube la adrenalina. Porque es algo muy flexible pero fácil de romperse. Me gusta porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Porque te provoca fanatismo, te hace sentir libre pero nunca te libera. Porque la palabra clave es: improvisación. Y sabe ponerte a prueba. Porque es irremediable e incurable. Produce locura y eso, me gusta.
jueves, 21 de julio de 2011
Ya no sé que hora es.
No se cuando me enamore de ti, ni cuanto, porque no hay metros cúbicos ni litros para medir todo eso, porque cuando andas con catarro hueles a "vivaporu" y porque tienes un hueco aquí, entre el hombro y el pecho y cuando pongo la cabeza me siento en casa y porque todas las fotos que tengo tuyas sales siempre sonriendo en todas. Y tu Aitor, porque te enamorastes de mi? Yo no escogí enamorame de ti pero la primera vez que te bese nuestros dientes se rozaron por una milesima de segundo y fue increible, y la hora exacta de ese beso, eran las 12:10 y quite la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada, el minuto exacto en el que me besaste esta metido en un reloj, para siempre... y ya nunca se que hora es pero me da igual, y desde entonces miro constantemente el reloj.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario