Es como un vicio, un adictivo. Me gusta porque va en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Me gusta porque acelera el pulso, sube la adrenalina. Porque es algo muy flexible pero fácil de romperse. Me gusta porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Porque te provoca fanatismo, te hace sentir libre pero nunca te libera. Porque la palabra clave es: improvisación. Y sabe ponerte a prueba. Porque es irremediable e incurable. Produce locura y eso, me gusta.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Comete el mundo.
Cuando pienses qué no te puede ir nada peor, cuando te sientas mal, piensa que hay muchísima gente que lo daría todo por estar en tu situación y qué siempre habrá alguien peor que tú. Por eso en lugar de llorar, rendirte cuando te pasa algo malo lo qué tienes que hacer es luchar con más fuerza... verás como te ves recompensado. Se tú mismo, no te dejes llevar nunca por nadie, se sincero, pero sobre todo contigo. Nunca le hagas a nadie lo qué no quieras qué te hagan a tí. Disfruta de cualquier momento de una sonrisa de tu mejor amigo, de un baile, por qué los pequeños momentos se van juntando y hacen la felicidad, qué no se encuentra enseguida, se va consiguiendo poco a poco. Sonríe, por qué nunca sabes quién puede enamorarse de tu sonrisa. ¡Cómete el mundo y usa pintalabios rojo para dejar marca!
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