Ella siempre quiso un chico que fuera capaz de decir supercalifragilisticoespialidadoso al revés, de desenvenenar las manzanas, de despertarla con un beso de un sueño que duró miles de años, o de hacerla sentir en casa en cualquier lugar del planeta. Por eso aquella mañana cuando él se acercó por detrás y tapándole los ojos le susurró:
─ Sododalipiaescotilisgifralicapersu, es un poquito más difícil.
Es como un vicio, un adictivo. Me gusta porque va en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Me gusta porque acelera el pulso, sube la adrenalina. Porque es algo muy flexible pero fácil de romperse. Me gusta porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Porque te provoca fanatismo, te hace sentir libre pero nunca te libera. Porque la palabra clave es: improvisación. Y sabe ponerte a prueba. Porque es irremediable e incurable. Produce locura y eso, me gusta.
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